lunes, 15 de abril de 2013

Los virreyes mas importantes de la nueva españa parte 2


• Juan de Palafox y Mendoza (1642-1642).
Juan de Palafox y Mendoza (Fitero, 24 de junio de 16001 - Osma, 1 de octubre de 1659), obispo español, ejerció su obispado en Puebla de los Ángeles (México) y más tarde en Osma. Desempeñó asimismo el cargo de consejero del Consejo Real de Indias entre 1633 y 1653, virrey y Capitán General de Nueva España.
Fue beatificado en el El Burgo de Osma el 5 de junio de 2011, por el cardenal Angelo Amato.
Durante este período, Juan de Palafox ocupó temporalmente el cargo de virrey de Nueva España, en funciones desde el 10 de junio al 23 de noviembre de 1642; en este lapso formó las ordenanzas para la Universidad, la Audiencia y los abogados, y levantó 12 milicias para la defensa, pues temía que pudieran propagarse por la Colonia las revoluciones de Portugal y Cataluña.
En Puebla fundó el convento de religiosas dominicas de Santa Inés; redactó constituciones para el seminario de San Juan y erigió los colegios de San Pedro (para gramática, retórica y canto llano) y el de San Pablo (para grados académicos) al que dotó de una excelente biblioteca, hoy llamada Palafoxiana. Creó el colegio de niñas dedicado a la Purísima Concepción y dedicó sus mejores esfuerzos a terminar la Catedral, que consagró el 18 de abril de 1649.Vacante la sede metropolitana por la muerte de Feliciano de Vega y Padilla (1641) mientras viajaba desde Acapulco, el cabildo eclesiástico lo eligió arzobispo de México el 12 de noviembre de 1643.



• Fray Payo Enríquez de Rivera (1673-1680).
Payo Enríquez de Ribera Manrique O.S.A. (Sevilla, 1622 - Ávila, 8 de abril de 1684) fue un religioso agustino español, obispo de Guatemala (1657-67), arzobispo de México (1668-81) y virrey de Nueva España (1673-80). Fue autor de algunas obras de índole eclesiástica.
Felipe IV le concedió el obispado de Guatemala, en cuyas funciones introdujo en la diócesis la primera imprenta en 1660.1 En 1668 fue designado obispo de Michoacán, puesto que no llegó a ocupar dado que hallándose de camino fue llamado a tomar el arzobispado de México.2 En 1673 la regente Mariana de Austria le nombró sucesor del Virrey Pedro Nuño Colón de Portugal y Castro, gravemente enfermo. Durante su virreinato impulsó las obras públicas, especialmente caminos y saneamientos, hizo frente a los ataques de corsarios ingleses que atacaron la costa oriental mexicana, reforzando las fortificaciones, y pacificó los alzamientos de los indios pueblo.3 Durante su regencia protegió e impulsó la carrera literaria de Sor Juana Inés de la Cruz, la cual, gracias a su intervención, entró en contacto con los Marqueses de la Laguna, virreyes de la Nueva España desde noviembre de 1680.
Sobrepasado por la doble responsabilidad del arzobispado y el virreinato, presentó la renuncia a ambos cargos. A su regreso a España rechazó el Obispado de Cuenca y la presidencia del Consejo de Indias4 y se retiró al monasterio de Nuestra Señora del Risco en Ávila, donde murió en 1684.
Fue autor de algunas obras literarias de temática religiosa


*Fernando de Alencastre Noroña y Silva

Nació en España, tal vez en 1641. Fue virrey en varios dominios de la Corona Española, como Cerdeña, Perú y Nueva España. Antes de ser designado como el trigésimo quinto virrey de esta última colonia, contó con diversos títulos: Duque de Linares, Marqués de Valdefuentes, Porta Alegre y Govea; Comendador Mayor de la Orden de Santiago en Portugal y Gentilhombre de la Cámara de S. M., Teniente General de sus Ejércitos, Gobernador de la Toscana y Virrey del Perú. Se le reconoce como un hombre muy poderoso de España y Francia, de gran inteligencia y calidad humana.
El Duque de Linares asumió el cargo de virrey de la Nueva España el 15 de enero de 1711. Una de sus primeras obras fue la reconstrucción del Palacio Municipal, que había sido víctima de un incendio en 1692. Además, tuvo que enfrentar calamidades muy graves: el 16 de agosto, en el propio año de su arribo, la ciudad de México fue sacudida por un sismo que duró treinta minutos y que originó graves daños; un par de años después cayó una nevada sobre la urbe que ocasionó la pérdida de los cultivos, lo que acarreó hambre y enfermedades. Se dice que en esas horas difíciles, además de cumplir con sus responsabilidades, Alencastre se distinguió por su filantropía, pues al igual que el arzobispo José Lanziego, sacó dinero de sus propios caudales para asistir a las víctimas y reconstruir la ciudad de México.
A partir de 1713, Alencastre enfrentó el contrabando de grandes cantidades de esclavos negros que los ingleses introducían en la Nueva España, amparados en el monopolio que la corona española les otorgó para realizar este inhumano comercio. Asimismo, combatió el saqueo de las maderas preciosas tropicales que los mismo ingleses cometían en la Laguna de Términos.
Entre sus obras públicas más importantes se encuentran el establecimiento de la primera biblioteca pública y el primer museo de plantas y animales de la Nueva España, que por órdenes de Felipe V, enviaba a España ejemplares de las especies que eran desconocidas en la metrópoli. También fue muy importante la construcción del acueducto de los Arcos de Belén, que traía el agua a la capital desde el lago de Chapultepec (esta obra fue realizada con el producto del estanco de la nieve).


• Juan de Acuña y Manrique

Juan de Acuña fue el segundo criollo que gobernó a la Nueva España y se le reconoció siempre por su justicia al elegir a sus colaboradores. Una de sus principales preocupaciones fue la de cubrir las deudas de la colonia, para luego enriquecer el erario. 

Por medio de una expedición bien armada y de la colonización, pacificò la región del Nayar.

El dio la autorización para el resurgimiento de "La Gaceta de México", que había sido suspendida en 1722. El arzobispo estrenó en aquellos años la reja del coro de la Catedral Metropolitana que había sido traída desde Macao por la nao de China.

Fundó la primera fabrica para fundir cañones en Orizaba y mandó edificar la Aduana. Ordenó mejoras en los puertos, especialmente Veracruz. Luchó con los ingleses en Belice .

Acuña y Manrique se encargó de reunir a todos los plateros en la antigua calle de San Francisco, que apartir de esde momento se llamaría Plateros y que hoy se conoce como Francisco I. Madero, con el fin de reglamentar el peso y el costo de su mercancía.

Como fuera considerado un buen virrey, la Corona prorrogó su mandato, y Acuña permaneció en México hasta su muerte




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